domingo, 14 de octubre de 2012

Principales teorías sociológicas sobre Educación

Desde los mismos orígenes de la Sociología, los sucesivos investigadores han explicado el funcionamiento y las tendencias de la Educación desde diferentes perspectivas. Recogeremos aquí, de manera superficial, los principales modelos:

Los modelos funcionalistas

Los teóricos funcionalistas se centran especialmente en  la correlación existente entre la Educación y el crecimiento económico. En tanto que la economía requiere mano de obra cualificada técnicamente, el sistema educativo deberá contribuir al crecimiento económico de la sociedad. Dentro de este grupo teórico se insertan algunas teorías concretas:

- Teoría técnico-funcionalista: la gradación diferencial y jerarquizada de remuneración, prestigio y valoración social de los diferentes puestos de trabajo sirve para atraer a las personas más adecuadas, que se esforzarán competitivamente por obtener la formación que se les exige. Los puestos más valorados serán los que requieran mayor preparación, y viceversa. Esto favorecerá una progresiva mayor especialización de la mano de obra acompañado de un mayor desarrollo industrial. El sistema educativo es el encargado de adecuar la formación a ese cambio.

-Teoría del capital humano: la inversión más rentable que un sistema económico puede hacer para crecer es aquella que mejora el capital humano, es decir, la que invierte en recursos, tecnología, organización, metodología y gestión de la educación. Se establece una analogía directa entre la inversión en material físico (tecnología, herramientas, fábricas) y la inversión en capital humano (educación y cualificación para el trabajo), siendo la primera perecedera y destruible, mientras que la segunda es permanente y duradera.

Los modelos críticos con el funcionalismo

El llamado Informe Coleman (1966) y otras consultas estadísticas de los años 60 y 70 llegaron a la conclusión de que la influencia más decisiva en el rendimiento escolar se encontraba en el origen social del alumnado (familia, amigos, ambiente social), puesto que los materiales e inversión de las escuelas no producían variaciones considerables. Estos resultados venían a desestimar la creencia de que la mera inversión en recursos mejoraría la educación, determinando como igualmente necesaria la inversión social. Dentro de estos modelos destaca particularmente la posición de Randall Collins (1986), quien criticó el funcionalismo por su inevitable tendencia a multiplicar las titulaciones (credencials) como principal moneda de cambio del sistema. De ahí que se refiriera al sistema funcionalista como credencialismo, favorecedor de una sociedad que valora más los méritos oficialmente reconocidos que los conocimientos y capacidades reales de las personas. La sociedad, de este modo, se constituye como una meritocracia.

Las teorías de la reproducción

A partir de los años 70 surgen nuevas teorías que cuestionaron la culpabilidad de los alumnos respecto a su desigualdad y competitividad. La característica común a estas teorías es su intento de explicar que la principal utilidad de la educación es reproducir la estructura social. Según algunos sociólogos como Bowles y Gintis, la escuela aporta la mano de obra requerida por las empresas a través del sistema educativo, lo cual incluye la inculcación de disciplina y obediencia. Para otros como Louis Althusser, la escuela se constituye como principal instrumento ideológico del Estado, transmitiendo los valores de las clases dominantes y contribuyendo así las condiciones sociales de la sociedad. Sin embargo esta última postura fue duramente criticada por sobredeterminista. Posteriormente sociólogos como Baudelot y Establet en Francia se centraron más concretamente en los aspectos culturales, no tanto en los sociales. En cualquier caso, cualquiera de estos autores destacaron sobremanera la acción de las estructuras sociales sobre la acción humana, ignorando las posibles formas de resistencia.


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